Bebé de 5 meses

bebeEste mes ha pasado casi sin enterarnos ¡y el peque tiene ya 5 meses!

Este último mes ha ido adquiriendo habilidades a ritmo de vértigo. Bueno, más bien perfeccionando muchas que ya tenía. Poco a poco se le nota que agarra todo con más precisión, que va controlando más sus movimientos, interactuando más con todo el mundo y más despierto en general.

Hemos comenzado ya con la alimentación complementaria, pero muy poquito a poco. De momento apenas ha probado un par de cosas, y eso, sólo probar un poquito, porque el 99% de su alimentación sigue siendo leche materna. Así pues, le hemos dado a probar naranja, mandarina y pera. Empezamos un poco antes de los 5 meses, un día que se lanzaba como un loco a intentar coger cualquier cosa de las que comíamos. Ese día le dejamos chupar un poco un gajo de naranja, y, al ver que no le daba alergia hemos podido continuar.

Estos días lo que estamos haciendo es dejarlo sentado en la trona mientras nosotros comemos, y le dejamos un gajo de naranja, de mandarina o de pera en la bandeja. Así él lo puede coger y lo rechupetea un poco (las veces que le apetece). Normalmente apenas saca unas pocas gotas de zumo, pero ayer por ejemplo cogió gusto a la naranja y le dio buena marcha: lo chupaba hasta que dejaba sólo los pellejos, y así cogió 4 ó 5 gajos. Hoy en cambio no ha querido comer nada más que teta. Bien también…, no tenemos prisa. Además de darle trozos de estas frutas hemos probado a darle la pera (que se escapa mucho de las manos porque resbala más) chafada con el tenedor, en forma de papilla sólo de pera, y ¡menuda cara de asco!. La pera en trozo se la come bien, pero hay que sostenérasela un poco porque resbala demasiado, pero chafada o modo de papilla no la quiere. Así que pienso que lo de darle la comida a trozos va a ser una muy buena idea.

Lo que sí que hemos notado es que, si bien antes machaba el pañal una vez cada 3 ó 4 días, ahora, que apenas come un poquito, ya lo mancha todos los días. Así nos vamos preparando para cuando le demos a probar los cereales (así, si come algo de fruta no le extreñirán).

Da gusto jugar con él. Es súper agradecido, y enseguida que hacemos cualquier cosa terminamos riendo a carcajadas. Además, ya coge los juguetes con soltura y cada vez interactúa más, así que ya vamos pudiendo jugar más.

Sigue la mar de simpático, sonriendo a cualquiera que se acerca a decirle algo, riéndose cuando le cantas una canción y con esa eterna sonrisilla risueña en los labios. Lo mejor de todo es al despertarnos por la mañana, que pone una cara de alegría al vernos que nos deja sin palabras y con la baba colgando ya toda la mañana.

Y hablando de babas… estamos ya a tope de babas. Le deben estar enhuesando ya las encías, porque se le nota muy rabioso con la boca, todo lo que pilla va a la boca, y babea mucho.

Por las noches seguimos igual: duerme bastantes horas, pero se despierta cada hora y media o dos horas, come un poco de teta, y se vuelve a dormir. Aun así, como duerme ya siempre conmigo en la cama (he desistido de intentar ponerle en la cuna de colecho, porque «no nos cunde») yo lo llevo bastante mejor y me noto más descansada que los primeros meses.

El tema de los vómitos de momento no ha mejorado, pero se sigue engordando bastante y se le ve muy bien, así que no nos preocupamos, e intentamos seguir gestionándolo lo mejor que podemos.

Estas navidades el peque ha sido el centro de todas las miradas. No es para menos, eran sus primeras navidades, y muchos familiares todavía no lo conocían. Como a él le encanta la juerga y cuanto más follón hay más a gusto se encuentra, se lo ha pasado pipa. Lo malo es que, con tantas emociones y gente nueva, no había manera de que se durmiera bien la siesta de la tarde, y luego por la noche se ponía un poco rarito pero tampoco se quería dormir, así que por poco nos toca tomarnos las uvas paseando por la calle con él: ese día aguantó desde las 4 de la tarde hasta la 1 de la madrugada durmiendo sólo media hora. Estaba reventado de cansado, pero no había manera de dormirlo y se animaba de ver tanto follón.

Los reyes le han traído un montón de cosas: ropa, juguetes gigantescos, juguetes que cantan, colonias y cremitas, una trona… ahora sí que se nota mucho que en esta casa hay un bebé.

¡Qué entretenidos estamos!

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