Bebé de mes y medio

Nuestro peque ya tiene un mes y medio. Parece mentira que haya pasado tan poquito tiempo, parece como si él hubiera estado con nosotros toda la vida. Ha sido un mes y medio intenso.

El chiquitín está cada día más guapo y espabilado. Se aguanta el cuello casi por completo, y está muy despierto. A ratos de ríe a carcajadas y nos sonríe un montón. Y claro, a nosotros se nos cae la baba. Es bastante cotilla, siempre que hay gente empieza a mirar hacia todos lados para no perderse detalle 🙂

Lo de dormir por la noche todavía no ha mejorado para nosotros, aún es pronto… Se despierta cada hora y media o dos horas pidiendo comer. Creo que en vez de ir alargando cada vez más estamos yendo hacia atrás y cada vez acorta más el tiempo entre tomas. Así que las ojeras las llevo de serie.

Sigue comiendo bien, pero aún vomita mucho mucho. Esto de los vómitos me preocupa un poco. El pediatra y la enfermera nos dijeron que no nos preocupáramos, que mientras esté engordando bien es que todo funcionaba correctamente, pero creo que no llegamos a explicarles correctamente toda la cantidad que vomita, porque es algo muy escandaloso. A todos los amigos con hijos que le ven «en acción» les parece algo increíble que pueda vomitar tanto, nadie había visto nada igual. Menos mal que ahora enseguida nos vuelve a tocar visita, y les volveremos a comentar el tema, esta vez con más detalles, a ver qué les parece.
Esto de que coma tanto y luego lo vomite también tiene sus efectos en mí. Creo que mi cuerpo está convencido de que tengo trillizos por lo menos. La producción de leche es súper potente, de modo que el día que por lo que sea vomita un poco menos y por lo tanto come menos, ese día parece que vaya a estallar. Esos días el sacaleches no da a basto, y me estoy haciendo con un mini banco de leche para cuando haga falta que no veas…

Y esta semana ha estado resfriado, con moquitos y un poco molesto, pero por suerte no ha tenido fiebre, así que lo único que ha hecho el pobrecito ha sido protestar un poco y ya.

Y yo ya me he incorporado al trabajo, aunque por suerte casi siempre trabajo desde casa. Al principio (antes de tener al peque) me parecía que sería fácil sacar 4 horas al día para trabajar, y que coger la baja a media jornada era lo mejor, para que me durara más tiempo. Pensé que con lo que duermen los bebés esto iba a ser pan comido. La verdad es que aun me voy apañando con esto de que pueda escoger el horario cada día y que trabaje tanto desde casa, pero hay días en los que la cosa no cunde nada y es complicadísimo sacar un ratito. Esos días voy que no llego, no paro de cambiar bodys vomitados y pañales, dar de mamar cada hora y media, limpiar los vómitos, poner lavadoras, malcomer,… parece que no cunde nada y sacar 4 horas es casi misión imposible.

Y bueno, que aparte de todo lo que me quejo, que parece que use este blog para desahogarme, os diré también que estoy encantada con el chiquitín, con sus muecas y sus gorgoritos, con su pelito suave y sus manitas que te cogen el dedo cuando se lo acercas, con su forma de estirarse cuando se despierta y sus sonrisillas cuando me mira, con sus suspiritos de felicidad y su olor a bebé, con sus mimitos y sus pataditas cuando le bañamos, ¡con todo él!. A seguir creciendo chiquitín

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