El embarazo reconciliador

El embarazo es también un momento de reflexión, de ir un poquito más allá. Es un periodo reconciliador con todo aquello que somos y que nos rodea.

Nos reconciliamos con nuestra esencia de mujer, dándonos cuenta de lo fuertes que podemos llegar a ser, de lo que significa ser dadoras de vida, de lo romántico de una escena de una mujer dando el pecho o acariciándose una tripa de embarazada, de lo diferentes que somos de los hombres en todos los aspectos y de que, ahora más que nunca, ¡nos encanta ser mujeres!

Nos reconcilia con nuestro cuerpo, y dejamos de preocuparnos por ciertas cosas y nos sorprendemos de que de repente ya no nos importa lo más mínimo estar llenas de estrías, que cojamos muchos kilos de más, salgan cartucheras, o se hinchen los pies, con tal de que al pequeño no le falte de nada. Una belleza especial invade a las embarazadas y hace que brillen como nunca antes lo habían hecho. Descubrimos la belleza en otros patrones muy diferentes de los estereotipos desfasados que nos venden las revistas de moda y los desfiles de modelos.

Nos reconciliamos con la familia. Empezamos a comprender mejor a nuestra madre, a nuestras abuelas… Pasamos de ser las niñas pequeñas de la familia a ser madres, a dejar ese hueco en la familia al pequeño que está en camino. Compartimos miedos, inquietudes, … y nos rodeamos de aquellos que siempre nos apoyan.

Nos reconciliamos con nuestra pareja. Dejamos de mirarnos a los ojos para mirar juntos hacia lo que queremos que sea nuestro futuro. Discutimos durante horas sobre cómo queremos hacer las cosas con nuestro futuro hijo, ponemos opiniones en común y la ilusión nos une mucho más de lo que nunca pudimos imaginar. ¡Ay, pocas cosas unen tanto como una ilusión tan grande!
Nos reconciliamos con nosotras mismas. Ponemos una nueva escala de valores, en la que deja de importar muchas cosas que antes considerábamos imprescindibles. Aprendemos a disfrutar del momento, a no ser tan exigentes, a darnos cuenta de nuestros límites y a comprender mejor nuestros sentimientos (aunque estén algo alborotados estos meses). Descubrimos nuevas facetas nuestras que hasta ahora estaban inexploradas.

 
Nos reconciliamos con el Universo. Comprendemos que nuestra misión en este mundo va mucho más allá de simplemente existir. Vamos a dar vida, vamos a educar a un ciudadano del futuro, y es una gran responsabilidad y un gran momento para prepararnos para hacerlo lo mejor que sabemos.
 

 

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1 respuesta

  1. blank dice:

    Tienes un premio en mi blog cuando puedas pasa ha buscarlo!!

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