Portababés: La mamá y el papá canguro

Una de las cosas que tenía claro desde hace años es que si una vez tenía un hijo usaría un portabebés.
Me parece una forma super práctica de llevar al bebé. Es cierto que, de primeras parece más cansado que empujar el carrito y que va a cargar la espalda más, pero a cambio te puedes mover a tu aire, sin preocuparte de si en el bus cabe o no el carro o de si hay bordillos… Y, por qué no decirlo, seguro que da gustito llevar así al peque. Será como un abrazo permanente ¡con lo que me gustan los abrazos!

Investigando un poco por Internet he encontrado un montón de información, y la Red Kanguro, una asociación que fomenta el uso de los portabebés.

Y, uffff…. esto es todo un mundo. Hay miles de modelos de portabebés de diferentes formas y precios. Pero hay una cosa que sí que he visto en muchas partes: no vale llevar al bebé de cualquier manera. Hay una forma ergonómica que se suele conseguir con portabebés más sencillos, y no se consigue con las típicas mochilas de muchas marcas comerciales.
Aunque hay muchísima información en Internet, tanto de golpe me abrumaba un poco. Demasiada información para absorber, mil modelos diferentes cada uno con su explicación, y, aunque hay miles de fotos y vídeos, eso de no verlo en directo y tocarlo hace que no sea lo mismo.

Así pues que el otro día, aprovechando una visita a la tienda de bebés de mi barrio, y sabiendo que ellos apuestan por los portabebés ergonómicos y todo el tema de la crianza con apego, estuvimos preguntando y ya nos ha quedado todo más claro:
Como lo queremos llevar desde recién nacido, nos recomiendan un fular elástico o bien una bandolera. Las mochilitas y los demás modelos que tenían, aunque sean ergonómicos, no nos los recomiendan para menos de 3 meses. En principio el que más me gustó fue el fular, ya que el bebé quedaba como más recogido, y veía que la forma de cargar su peso en la espalda del papá/mamá es más equilibrada que con la bandolera que carga más en un lado que en otro. Estos fulares son un trozo enorme de tela que, siguiendo las instrucciones de anudado que nos dio, se transforma en un portabebés fantástico que se adapta a la posición correcta del bebé y hace que no se mueva y se aguante perfectamente.
El precio de los fulares no es nada barato para lo que parece ser: entre 50-70 euros. Teniendo en cuenta que es solo una tela ya está bien. Eso sí, se ve una tela muy buena y aguanta bastantes kilos, se adapta muy bien y transpira y es suave. Aun así, sabiendo que es un fular muy bueno, y pensando que lo vamos a usar bastante, creo que será dinero bien invertido y que lo amortizaremos pronto.

Qué ventajas le veo a este fular:

  • Se puede usar mientras se amamanta al bebé y así queda todo un poco más tapado. No soy de esas que tienen reparos, creo que los primeros días los tendré, pero luego si hay que sacar la teta en público la sacaré y al que no le guste que no mire. De todos modos, encuentro que un pelín de privacidad que nos puede dar el fular para que no se vea todo el género puede venir bien en determinadas ocasiones y me puede animar a salir mucho más y sin mirar el reloj aunque el peque sea muy comilón y tenga que ir todo el día con la teta fuera. 
  • Se adapta perfectamente al grandullón del papá y a la pequeñaja de la mamá. Como le atas el nudo cada vez te lo pones a tu gusto.
  • El bebé queda cerca de nosotros, oyendo el corazón del papá o mamá, y nosotros sintiendo más cercanía con él. Creo que va a ser una sensación muy agradable para todos. Además nos han dicho que tienen menos cólicos los bebés a los que los llevan así.
  • Podemos salir por la ciudad de forma más despreocupada: sin depender de ascensores, autobuses que van llenos o bordillos. La movilidad va a ser más sencilla. Te deja además las manos libres mientras llevas al bebé, lo que puede ser útil al ir al supermercado o realizar cualquier otra actividad que las requiera. Ideal también para esas saliditas rápidas en las que tardaríamos más en sacar el carro que en ir al sitio en cuestión.
  • He visto que hay mamás que llevan ahí a los bebés mientras están con el ordenador, cocinando o haciendo cualquier otra actividad. Si el peque es de esos que siempre tiene que ir en brazos puede ser la solución para poder hacer algo de vida y no dejarle llorando desconsolado mientras.
  • Pesa muy poquito y no ocupa casi nada plegado. Lo podremos llevar en cualquier parte (un bolso, etc) y sacarlo cuando nos apetezca llevarlo así. 

Los inconvenientes respecto al carrito:

  • Supongo que, aunque el peso se reparta bien, siempre te cansa más llevarlo encima, sobre todo si es para mucho rato (ahora que apenas pesa y lo llevo en tripa ya noto el peso de más en la espalda). Si la espalda o las fuerzas flaquean habrá que combinar más a menudo con el carro.
  • Si vas a cualquier parte (por ejemplo a cenar a un restaurante) y lo llevas en el carro y se duerme, lo puedes dejar ahí acostado mientras. Con el fular te obliga a llevar al niño encima todo el rato.
Creo que el carrito lo vamos a usar mucho a pesar de tener el fular, pero la combinación me gusta. Será cuestión de ir escogiendo en qué circunstancias vamos más cómodos con cada uno de ellos. En absoluto veo que cualquiera de ellos vaya a reemplazar al otro.

En fin, que seguro que lo vamos a llevar muy a gusto.
Lo bueno es que en la tienda de nuestro barrio nos han dicho que no lo compremos todavía, que cuando nazca vayamos a probarlo que nos dejarán uno unos días, y si al bebé y a nosotros nos gusta ya nos lo compraremos entonces. Este es de esos pequeños detalles que se agradecen y mucho de algunas tiendas físicas, y que nos han hecho decantarnos por comprarlo allí llegado el momento en vez de pedirlo por Internet que son más baratos.

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