Agotados y muertos de miedo

Agotados y con el corazón en el puño… así nos tiene nuestro pequeño. Y es que, en apenas una semana se ha espabilado muchísimo y ha cogido fuerzas.

Se pasa el día saltando, sin parar. Si le intentas sentar se estira y se pone todo tieso para ponerse de pie. Y una vez que lo coges de los brazos estando de pie no para de saltar. ¡Saltar, saltar, saltar…! Puede estar así horas y horas sin cansarse lo más mínimo, mientras muestra esa sonrisa pilla con sólo dos dientes.

Estos días hemos estado de vacaciones con mucha gente, y ha agotado a todos. He visto a padres de familia numerosa y a una enfermera de pediatría quedarse alucinados observando la actividad frenética del peque «-¿Pero está así todo el día? ¿No para? ¿En serio que así todo el día? -Sí, sí, así todo el día«. Creo que en el fondo les hemos dado lástima…

Él iba pasando de mano en mano, hasta que agotaba, uno a uno, a todos aquellos valientes que aceptaban el reto de tenerlo en brazos un ratito. Al final del día, todos nos íbamos a la cama sin un ápice de fuerza y con unas agujetas tremendas en los brazos. Y él, feliz.

 

El caso es que, con tanto ejercitarse, ahora sabe ya ponerse de pie él sólo, agarrándose a cualquier cosa que pilla. Y gatea a toda velocidad. Y… ha aprendido a hacer un montón de cosas nuevas gracias a estos movimientos: abrir cajones y sacarlo todo, arrollarse con la alfombra, lanzarse desde la cama al suelo, trepar un poco por los barrotes y saltar desde la cuna a nuestra cama, gatear rápido hasta la maceta para comerse las hojas, empujar el carrito, … bueno… un sin fin de nuevas habilidades realmente aterradoras.

Así que en unos pocos días hemos tenido que ponernos manos a la obra y replantear nuestra casa entera: seguros en las puertas de los armarios, bajar la cuna y cerrar el lado que quedaba sin barrotes (colecho), fuera macetas, puertas siempre cerradas, casa impecable y a prueba de bebés curiosos… todo consiste en pensar qué formas puede tener el peque de liarla parda y anticiparse. Aun así, estoy muerta de miedo. Tengo un bebé hiperactivo en casa y por mucho que piense siempre se me anticipa, siempre encuentra la forma de hacer alguna de las suyas. Cuando pienso que tengo todo bajo control, él encuentra una nueva forma de sorprenderme y demostrarme de lo que es capaz. ¡Menudo miedito!

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