Bienvenida al club de las madres sufridoras

«Bienvenida al club de las madres sufridoras»: esto es lo que me dijo mi madre hace apenas unas semanas, estando yo aun aturdida y tratando de digerir torpemente qué significaban los resultados del triple screening que me habían dado esa mañana.

Hay otra frase que había leído anteriormente que me vino a la cabeza en ese momento: «Tomar la decisión de tener un hijo es trascendental. Se trata de decidir que tu corazón caminará siempre fuera de tu cuerpo.« (Elisabeth Stone)

Creo que describe muy bien las preocupaciones de las mamás. Desde el momento en el que eres consciente de que una nueva vida se está desarrollando dentro de tí, un torrente de preocupaciones (unas infundadas y muchas totalmente absurdas) empiezan a recorrer tu cabeza. De repente eres consciente de que tienes una responsabilidad muy grande de proteger a tu hijo, y cambia totalmente la perspectiva y las prioridades. Una parte dentro de cada futura mamá cambia. Dejamos de pensar en nosotras mismas y procuramos hacer todo lo posible para que ese pequeño que sabemos que está ahí tenga todo lo que necesita.

Aun antes de nacer, la preocupación por el pequeño nos invade. Hay siempre unos segundos eternos en los que se hace el silencio en cada revisión médica hasta que escuchamos que todo sigue bien. Hay un momento todos los días en los que nos preguntamos si todo sigue su curso y cruzamos los dedos para que esté bien y no venga al mundo antes de su momento. Hay un momento todos los días en los que notar una patadita (aunque sea fuerte y nos duela) nos hace respirar tranquilas al saber que nuestro pequeño crece fuerte dentro del vientre.

Y supongo que esto seguirá cuando el garbancito nazca. A partir de ese momento las preocupaciones serán otras, e irán evolucionando conforme el niño crezca: que no se enferme, que tenga amigos, que no se caiga del columpio, que no sufra, que le acepten en la universidad que quiere, que sus hijos nazcan sanos, …

Porque una mamá (y un papá), desde el momento en el que saben de la existencia de su hijo, se convierten en ese mismo momento en madres y padres sufridores. Y eso dura toda una vida…

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1 respuesta

  1. blank dice:

    Yo lo pasaba fatal cuando estaba más de tres horas sin moverse.
    Espero que todo siga fenomenal en tu embarazo .

    Seguirme en:
    http://elsuenodesermama.blogspot.com/

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