Bebé de 8 meses
Ya hemos llegado a los 8 meses del peque y ¡qué divertido está!
Todavía no gatea bien bien, pero sí que hace el gusano muy bien y sabe hacer la croqueta. Empieza a gatear, pero de repente, en un paso, le falla uno de los brazos y se va de morros contra la alfombra, pero aprovecha que está en el suelo y hace la croqueta hacia uno de los lados para luego seguir haciendo el gusano… Así todo el día. Aunque la técnica es mejorable, lo cierto es que se recorre la casa entera con una soltura tremenda en unos pocos segundos.
Ha empezado ya a reconocernos y a demandarnos mucho más. Si bien en cierto que ha ganado un poquitín de autonomía, la verdad es que sigue pidiendo brazos siempre que puede.

Respecto a la comida, al final le estamos haciendo papillas, aunque le seguimos dando los trozos que tan bien se come. Le encanta el pan, a eso ha salido a su papá. La verdad es que come muy bien, de todo, y con ganas (da gusto verle).
Aunque es verdad que tiene una demanda de alimentos muy irregular: un día parece que no tiene fondo y al día siguiente apenas come unas cucharadas. Aun así somos partidarios de no forzarle a comer: estando bien de peso y tomando aun lactancia materna no hay ningún problema porque un día no quiera comer apenas.
Así pues, mientras abre la boca le seguimos dando, y en el momento que ya nos gira la cara, se acabó. Intento transmitir esto a mis tías y mi madre, que aun así se empeñan en la merienda en que se lo coma todo, y así terminan, con papilla de frutas por todo (y cuando digo por todo es ¡por todo!: el pelo, la ropa, toda la cocina, ….). Después de la merienda entras en la cocina y parece que haya habido una batalla allí. Ves al peque riéndose sin parar y a ellas llenas de papilla por la cara y el pelo.
Sigue igual de risueño y divertido. Enseguida que le dedicas una sonrisa o una mirada, él se empieza a reír. Podemos pasarnos él y yo riéndonos horas y horas con tan solo mirarnos. Cualquier gracia o cosa que le digas él lo agradece con una carcajada sincera. Es un bebé que se hace querer, y se aprieta fuerte contra mí cuando le doy besos y abrazos.
Le encantan los otros niños pequeños, y cuando ve a uno se abalanza para intentar cogerlo.
Con el habla la verdad es que no hemos avanzado mucho este mes: ha estado más entretenido descubriendo sus superpoderes de movimiento. Da grititos y «canta» de forma muy dulce.
Lo que sí ha empezado de nuevo otra fase de hacer pedorretas, y es muy gracioso porque cuando ve a su papá dormir (y roncar) él lo intenta imitar.
Este mes ha sido sin duda el mes de la curiosidad. Y es que no se le escapa una. Cualquier cosa que llega a sus manos es analizada meticulosamente (y mordida después). Intenta cogerlo todo, mirarlo a todo, escucharlo todo, …
Seguimos dando muchos paseos, y con el cambio de hora ¡es fantástico!. Y cuando estamos en casa se entretiene muchísimo en la alfombra llena de juguetes que le hemos preparado.
Respecto a la hora de dormir... no sé si contarlo o no, que me deprimo al verme las ojeras, jeje. Se sigue despertando muchas veces. Ahora a comer son sólo 3 ó 4 veces, pero a cambio se despierta otras tantas gritando y no se calma hasta que no lo tengo un rato en brazos. Además, le ha cogido gusto a trasnochar, y lo acuestes a la hora que lo acuestes, él empieza a revolcarse y desplazarse por la cama hasta que se nos hacen las 11 o las 12. Está tan emocionado con el descubrimiento del movimiento que no puede parar de practicar. A las 7 de la mañana vuelve a gatear de lado a lado de la cama con cara de velocidad mientras suelta grititos de alegría, y pasa por encima de nosotros arrastrando toda la barriga. Hemos intentado meterle en el saquito de dormir para impedirle gatear, pero aprovecha a hacer la croqueta, … En fin, qué divertidos estamos… menos dormir… Aun así lo voy llevando mejor: no sé si será que mi cuerpo ya se ha acostumbrado y no voy a ser capaz de volver a dormir de tirón nunca más…Lo
¡Estoy deseando saber con qué nos sorprenderás el mes que viene!