Un gran cambio en nuestras vidas

Hace casi un mes que no escribo, y es que, de repente, nuestra vida está llena de cambios, alguno de ellos radical.

Y es que nos vamos a mudar de ciudad. A mi marido le ha salido trabajo en su ciudad natal. Un trabajo que le gusta más, con mejores condiciones, y sobre todo, mejores perspectivas de futuro. Y yo puedo trabajar allí porque justamente mi empresa tiene oficina allí.

Inicialmente es posible que estos primeros meses yo aun tenga que quedarme donde estoy, con el peque, mientras el papá está allá y viene sólo los fines de semana. Va a ser muy duro hasta que consigamos hacer el traslado completamente.

Esto de la mudanza la verdad es que desbarajusta muchísimo nuestros planes iniciales. Ahora que estábamos a punto de terminar de pagar la hipoteca de nuestro pisito. Ahora que el peque tiene la gran suerte de no tener que ir a la guardería y poder quedarse con sus abuelos. Ahora que vivíamos aquí tan tranquilos y que por fin nos encontrábamos tan a gusto en casita. Pero la vida es cambio… así que allá vamos.

A mí la verdad es que me da una pena enorme. No me gustan los cambios, sobre todo cuando estoy a gusto en un sitio. Ya no solo por el cambio tan grande, sino también porque vamos a cambiar a una ciudad 20 veces más grande, y eso se nota en el día a día: más tiempo para ir a trabajar (5 minutos andando vs 45 minutos en bus), más gente, otros ritmos, más contaminación, más ruido… Y pienso que eso va a repercutir en el peque, aparte de que le va a tocar ir a la guardería algunos meses antes de lo pensado inicialmente.

A cambio (que no todo van a ser cosas malas), con el cambio también sacamos cosas muy buenas. Por un lado, al cobrar algo más mi marido ya no me corre tanta prisa volver a la jornada completa. Después de terminar la baja de maternidad yo me quedé a media jornada para poder pasar más rato con él y porque no llegábamos a todo (¡este chiquillo nos lleva de calle!). Inicialmente esto iba a durar sólo unos pocos meses, pero ahora puedo estar así el tiempo que estimemos oportuno. Y mi marido en su nuevo trabajo tendrá muy buen horario. El peque, aunque vaya a estar unas horas en la guardería, luego va a poder pasar más tiempo con su mamá y su papá (aunque pasará algo menos con abuelos, tíos, …). También esto le ayudará a hacer un poco de rutina, porque ahora va el pobre de mano en mano mientras yo trabajo, cada día con un familiar diferente, con unas horas diferentes y haciendo encajes muy forzados para que siempre esté con alguien…
Y estamos mucho más cerca de sus primos pequeños, con los que seguro que va a tener una relación muy bonita cuando crezcan un poco más.

Y sobre todo, estabilidad a largo plazo. Desde hace tiempo que ronda por nuestras cabezas la idea de que como sigan las cosas como están al final nos tendremos que ir a Alemania a buscar trabajo (de hecho, ya nos habían hecho alguna oferta allí). Pero con esto parece que esa idea se aleja de nuestras cabezas… más vale un pequeño cambio a tiempo que un cambio enorme más adelante cuando ya no quede más alternativa.

Y aunque vivimos muy cómodos ahora, y somos felices como estamos, creo que, cambie lo cambie, vamos a estar bien mientras haya mucho amor en nuestra pequeña familia. Eso es realmente lo importante, que nos queramos mucho y que estemos juntos allá donde vayamos.

En fin, que entre tanta decisión, tanta incertidumbre, y ahora tanto trámite, papeles, mudanzas, … estamos que no llegamos… y nos espera un mes muy estresante.

Sólo espero que dentro de un tiempo, cuando echemos la vista atrás, veamos que no nos hemos equivocado con esto. Nada es para siempre…