Bebé de un mes

Casi sin darnos cuenta, hemos llegado ya al mes de vida del peque. Ha sido un mes muy intenso,  de muchas emociones, un mes de aprender mucho, y de adaptarnos nosotros al peque y el peque a vivir fuera el la tripa.
Ha sido también un mes duro,  de noches sin dormir y párpados caídos, de peleas con la teta, lloros incomprendidos, momentos de abatimiento y mucha paciencia.
Y, por supuesto, ha sido un mes dulce, de sentirnos muy felices, de paseos en familia, de momentos de tranquilidad viendo dormir al peque, de primeras sonrisas y de orgullo.
En fin, que ha sido un mes de lo más aprovechado.
El peque es un bebé muy bueno, aunque le molesta mucho la tripa, y claro, tiene sus momentos. Vomita mucho (pero mucho mucho) pero el pediatra nos ha dicho que como engorda bien no le demos importancia,  aunque sí que lo tenemos que controlar por si empeora. Tiene ratos en los que hace muchas fuerzas porque le molesta la tripa y queja, aunque por suerte no le dan cólicos. 
Nació con 3 kilos, perdió hasta 2,600 y ahora pesa ya 4,370!, la semana pasada llegó engordar medio kilo en una sola semana, que es una barbaridad. También ha crecido, y la ropita que llevaba al principio ya no le va (una pena, se queda casi nueva). Viendo las fotos de cuando nació parece que haya pasado mucho tiempo, porque está muy cambiado. A mí me da un poco de penita ver lo rápido que crece, y saber que tenemos que aprovechar cada momento porque crece muy rápido y no volveremos a verle así de chiquitín. Por otro lado, cada vez que toca pesarlo nos invade una especie de orgullo tonto ¡qué gordito se está poniendo mi chico! 
Seguimos con lactancia materna exclusiva, que cada vez nos va funcionando mejor. Tuvimos que echarle muchísima paciencia al principio, ya que no fue nada fácil, pero ahora parece que todo se vuelve más sencillo. 
Respecto al sueño, aún está el tema un poco descontrolado. Vamos mejor que al principio, pero todavía pasamos alguna noche sin pegar ojo. El peque se despierta cada dos o tres horas (o una hora) a comer, y luego a veces no se duerme. Esto de no dormir es lo que peor llevo sin duda.  

El otro día fuimos al pediatra, para la revisión del mes, y todo estaba bien. Nos ha tocado un pediatra muy majo, y la enfermera es amiga de la familia de toda la vida. 

Y los papás estamos que se nos cae la baba. Es tan chiquitín y tan mono! Nunca imaginé que esto de ser padres fuera tan absorbente, pero cuando le ves la carita de angelito comprendes que merece la pena y que es lo más maravilloso que nos ha pasado nunca. 

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