Pues sí, no me pierdo una… el viernes pasado descubrí que tenía mastitis.
La cosa empezó el día de antes: por la noche empecé a notar un bulto en el pecho izquierdo a la altura de la axila. No era nada nuevo, a veces me salen bultos un poco dolorosos que se van enseguida que pongo a mamar al bebé. Pero esta vez fue diferente, al ponerle no desapareció, y eso que vacié el pecho varias veces a lo largo del día. Empecé también con dolor de cabeza y un poco de malestar general, dolor muscular, etc. Como uno de los síntomas de la mastitis es la fiebre y yo no tenía tampoco le di más importancia. Pero el viernes ya tenía fiebre, 38’4ºC, así que ya no tenía dudas: era la temida mastitis de la que tanto nos habían hablado en el curso de preparación al parto. Además de los síntomas ya mencionados había otro más que hasta que no fui al médico no vi: en el pecho tenía una zona roja en el lugar donde me dolía, que yo no me veía a simple vista pero que en el espejo se notaba perfectamente.
Lo primero que hay que hacer en estos casos es ir al médico sin demora, incluso en urgencias del ambulatorio si nos ocurre en fin de semana. La mastitis avanza muy muy rápido y enseguida notamos mucho empeoramiento si no se trata, pudiendo desarrollar un absceso (que requiere cirugía en muchos casos) si en unos días no se ha tratado.
Así que allí fui. Me dieron hora para esa misma mañana con mi médico de cabecera, y en cuanto lo vio no le entró la menor duda: es una mastitis.
El tratamiento para la mastitis en la mayoría de los casos es el que me dieron a mí: un antibiótico (compatible con la lactancia), poner al bebé a mamar todo lo que pueda, sobre todo en el pecho afectado, intentando que vacíe el pecho completamente, y paracetamol para bajar la fiebre y que no duela tanto. Luego se pueden poner gasas de agua fría entre toma y toma para bajar la inflamación y que no duela tanto y calor justo antes de la toma para que drene más, dar masajes en la zona para desatascar… etc.
La ventaja que he tenido yo en esta ocasión es que lo he pillado relativamente pronto, y eso ha permitido que me recupere tan pronto y no llegue a pasarlo mal con los síntomas. Lo ideal hubiera sido haber ido al médico en cuanto noté el dolor en el pecho, pero, cosas de mamá primeriza, aunque lo sospeché desde el primer momento, no le di importancia hasta que empezó a ponerse feo y la fiebre no dejó lugar a dudas. Aun así, una vez que empecé a tomar el antibiótico, en un sólo un día ya no tenía fiebre ni molestias generales, y el bulto del pecho, tres días después, ya estaba mucho mejor. Hoy, una semana después, ya he terminado con la medicación, y el bulto ha desaparecido por completo.
Un bache más sorteado. Ahora a seguir dando de mamar al peque y a intentar vaciar el pecho completamente en las tomas… en ello estamos 😀