La guardería no es adecuada para todos los niños
Ahora que llega el comienzo del curso, me he dado cuenta de que tengo esta entrada guardada desde la primavera pasada. Creo que puede ser interesante para reflexionar un poco acerca de las guarderías.
La experiencia en la guardería
Hoy os cuento… que tengo un sabor agridulce respecto a la guardería.
Mi mayor va a la guardería desde que tiene un año. Ha cambiado por 3 guarderías diferentes en todo este tiempo (por traslados, etc.). Y siempre he confiado en que allí se lo pasaba bien.
Hoy he podido participar en una actividad que montan en la guardería del mayor, y en la que cada día un papá puede ir a la guardería y pasar el día con ellos. Y reconozco que, aunque he salido contenta, … me ha dado mucho que pensar.
Y es que he podido ver con mis propios ojos muchas cosas que antes desconocía completamente. Unas malas y otras muy buenas.
Os dejo mis impresiones:
1) La guardería no es adecuada para todos los niños
La mayoría de los niños han estado jugando conmigo y con los demás compañeros muy a gusto. Todos han participado en los juegos propuestos, y, en general, estaban contentos casi todo el rato.
Todos… menos una niña. Que no ha parado de llorar hasta que llevábamos 3 horas de clase, y que me agarraba de la mano fuerte para que no la soltase en ningún momento, aun sin conocerme de nada.
Las profes no tenían tiempo de nada. Tenían que hacer la rutina con todos los demás niños: poner al váter, limpiar manos, cambiar de ropa a varios, poner abrigos, sacar a todos fuera a jugar, preparar la actividad, preparar comida, … y apenas tenían un ratito para abrazar a esa niña. En cuanto podían se acercaban a ella y le hablaban bajito y de forma muy cariñosa… pero el tiempo era claramente insuficiente para ella.
20 niños de 2 años en clase sin parar de correr, de mancharse, pelear y hacer caca es demasiado para una sola persona. Aquellos niños que necesitan una atención más individualizada no tienen apenas cabida entre tanto caos.
Así pues, si tu hijo se espabila y sigue el ritmo le irá bien en la guardería. Pero ¡ay!, que como se quede atrás apenas habrá tiempo para que le presten atención.
2) Las educadoras de infantil son las mujeres más todo-terreno y eficientes que he conocido jamás
He trabajado en mi carrera profesional con ingenieros, abogados, médicos, … un sinfín de personal altamente cualificado. Pero, de verdad, que no he visto a nadie desenvolverse tan bien con una carga de trabajo tan alta como a las educadoras de la guardería.
Alguien que en apenas 5 minutos es capaz de poner al baño a una veintena de niños, de cambiarles la ropa a 3 que han tenido escapes y de lavar las 40 manos con sus 200 sucios deditos diminutos realmente se merece un monumento.
3) ¿Quién pensó que tener a 20 niños de 2 años con una sola educadora era una buena idea?
Pero, en serio ¿quién lo pensó?.
20 niños son demasiados para una sola persona. Que sí, que el efecto rebaño hace efecto y todos van por imitación. También, no es lo mismo 20 veces un niño que 20 niños juntos. Pero aun así sobrepasa ampliamente la capacidad de una persona. Son claramente demasiados.
Las profes apenas tienen tiempo para dedicarle a cada uno de los niños. Ya ni te cuento enseñarles algo (a respetar a los demás, los colores o lo que sea). Sólo hay tiempo suficiente para las tareas más básicas y elementales. Sorprende que puedan tener unos pocos minutos de vez en cuando para cantar una canción o contar un cuento a todo el grupo.
Imagina que te cuesta 3 minutos cambiar un pañal. 3 minutos por 20 niños es una hora cambiando pañales a toda pastilla. Y eso lo repites varias veces al día. También tienes que lavarles las manos al menos un par de veces, organizarles la comida… cualquier acto básico que quieras hacer con el niño te cuesta 20 veces más de lo normal, con lo que el tiempo que queda al final de la mañana para cualquier otra cosa más allá del aseo es muy limitado.
En este caso además había varios niños con problemas para relacionarse (se pegaban y mordían entre ellos), con lo que no solo es que tengas muchas tareas sino que encima tienes que parar cada dos por tres a poner orden.
Después de imaginarnos ese caos puedes hacerte a la idea de que el tiempo que va a tener la educadora con cada niño para hablar, enseñarle algo o simplemente prestarle un poco de atención es totalmente nulo. Los niños juegan entre ellos y se relacionan entre ellos, pero la educadora sólo tiene tiempo de sobrevivir y de evitar las cosas más peligrosas.
4) Los niños están contentos con otros niños
Les encanta jugar entre ellos y disfrutan.
El día que estuve, salvo la niña que os decía, todos se lo pasaron en grande. Les encanta jugar entre ellos, tienen muchísimos juguetes y un patio fantástico. Aprenden y se relacionan con iguales.
Al igual que os contaba que me había parecido un caos tantos niños juntos, también os cuento que es un lugar muy alegre, de juegos y canciones, de niños que se ayudan a ratos, de nuevas situaciones para ellos…. la verdad es que allí casi todos reían, gritaban y jugaban sin parar.
5) El efecto rebaño es un invento genial
Es realmente increíble ver cómo aprenden los niños por imitación. Se imitan unos a otros y así se consigue moverlos, que todos se laven las manos, que coman… La imitación es un mecanismo de aprendizaje bestial en las guarderías y es lo que consigue que las cosas funcionen en el aula.
Me han encantado las canciones que utilizan (esto ya lo he visto en las otras guarderías también). Es comenzar a cantar una canción y todos se sientan en círculo, se ponen a recoger o se preparan para ir al patio. Una canción para cada cosa, y en cuanto suena todos saben perfectamente lo que hay que hacer.
6) Lloran al dejarlos… pero se les pasa en menos de un minuto
Mi mayor ya no lo hace, pero hubo un tiempo que siempre lloraba cuando me iba. Pude ver con mis propios ojos como niños que se quedaban llorando desconsolados mientras sus padres se iban preocupados se ponían a jugar super felices en menos de un minuto.
¿Volvería a llevar a mi hijo a una guardería?. Desde luego que sí.
Eso sí, hay mucho por mejorar, comenzando por los ratios.
¿Qué opináis vosotras?