Alimentación complementaria: nuestros planes… antes de empezar

Ya he empezado a hablar en este blog acerca de la alimentación complementaria. Va a ser el siguiente paso al que nos tengamos que enfrentar de manera activa dentro de las fases que vamos recorriendo con nuestro peque.

Así que voy a dedicar esta entrada a contar nuestros planes sobre alimentación complementaria… y espero que no sirva sólo para, dentro de unos meses, cuando estemos manos a la obra, echarme unas buenas risas cuando lo lea y redescubrir lo ingenua que soy. En fin… ya me pasa con muchas entradas del blog de cuando estaba embarazada, que a veces los planes no salen como esperas… Esperemos que nuestros planes de alimentación no se vayan al traste como se han ido muchos otros.

Os contaba en la entrada anterior que, a pesar de que la OMS y muchas asociaciones de pediatría recomendaban empezar a los 6 meses, en nuestro centro de salud nos dicen de empezar a los 5 meses. Y que en pocos días debíamos estar haciendo 3 comidas bastante potentes con esta alimentación complementaria. Empezar con zumo, enseguida meter un buen platerón de papilla de cereales, enseguida meter otro buen plato de papilla de verduras, … de modo que a los 6 meses comería: papilla con verduras para comer, papilla con 3 piezas enteras de fruta para merendar, buen plato de papilla de cereales para cenar, más luego teta. No sé si soy yo, pero me parecen unas cantidades exageradas para un bebé tan pequeño. Más teniendo en cuenta que aun toma pecho. Más teniendo en cuenta que en cuestión de un mes pasaría de tomar sólo pecho a tomar esta dieta complementaria sustitutiva.

A mí todo esto no me convencía mucho, así que buscando información he encontrado cosas muy curiosas, que vamos a aplicar en parte.

¿Cuándo empezaremos?
Por un lado el sentido común me llama a hacer más caso a la OMS que a las indicaciones de la enfermera, y a esperar hasta los 6 meses.
Pero por otro… el peque muestra ya muchísima curiosidad por la comida (se lanza hacia nuestro plato, agarra la comida e intenta llevársela a la boca, se enfada si le quitamos del plato o le hacemos soltar el trozo de comida que ha agarrado ….).  Además, no tiene ya el reflejo de extrusión y se aguanta sentado. Creo que ya nos está indicando que empieza a estar preparado, y por eso, tampoco me parece mal empezar un poco antes, siempre y cuando vayamos poco a poco.

¿Con qué cantidad empezaremos?
Lo que peor me parece de las indicaciones que nos dieron es las prisas con las que se introduce esta alimentación complementaria. Realmente la alimentación complementaria debería ser eso: complementaria.
Creo que si yo me comiera esa ración que indican de papilla de verduras, otra papilla con nada menos que 3 piezas de fruta y otra más de cereales… no me quedaría mucha más hambre al cabo del día. Pues con un bebé de 5 meses poco pecho va a tomar ya si se come todo eso.

La leche debería ser el alimento principal del bebé hasta el primer año. La alimentación complementaria simplemente sirve el primer año para aportar hierro y para que el bebé aprenda a comer.

Así pues aquí está la primera gran diferencia. Hemos decidido empezar poquito a poco. Ofreciendo al peque frutas al principio, pero que coma lo que quiera. Y que siga tomando leche como alimento fundamental. La leche le aporta prácticamente todo lo que él necesita. Si aparte come algo, pues bien, y si no quiere comer otras cosas, pues bien también, la leche le alimenta mejor que cualquier otro alimento. Poquito a poco ya irá comiendo más.

¿Cómo prepararemos la comida complementaria?
Aquí viene la gran diferencia. Y es que hemos decidido «pasar» de las papillas.
He estado leyendo acerca del baby-led-weaning, que consiste en dar de comer al bebé comida «normal». Y me ha encantado todo lo que he leído. Le veo muchas ventajas y una forma de que el peque tenga una mejor relación con la comida.

Es la forma de que el bebé experimente, que aprenda a comer él sólo y a descubrir texturas y sabores. Es la forma de que coma él sólo y coma sólo lo que le apetece (sin embutir papillas en la boca), de modo que come sólo hasta saciarse y escoge, entre los alimentos que ponemos a su alcance, los que quiere comer. A cambio es mucho más sucio y no comen tanto (igual es que no necesitan comer tanto!).

Hay ciertas cosas de esta corriente que no vamos a seguir, pero la idea fundamental está ahí.

Por ejemplo, sí que vamos a ofrecer al bebé la comida en trozos en vez de en papilla. Le vamos a dejar que coma él sólo y que coma sólo la cantidad que quiera.

Lo que no vamos a hacer es ofrecerle la misma comida que comamos nosotros. Al menos no tal cual. Vamos a cocinar para él la comida sin sal, y no le vamos a ofrecer alimentos menos recomendados hasta que llegue a las edades correspondientes. Todos los días le daremos algo de verdura (cosa que nosotros no comemos siempre), e iremos metiendo poquito a poco los alimentos nuevos.

Lo malo de esta técnica es que es para niños a partir de los 6 meses. Así que si empezamos antes tenemos un mes en el que seguramente no será capaz de comer nada de nada, y tenemos que buscar alternativas durante ese tiempo.

Hoja de ruta:
Aquí os dejo mi hoja de ruta (¡ay, qué risa me va a dar cuando lea esto dentro de un tiempo!).

  • Empezaremos a los 5 meses, tal y como nos han recomendado en el centro de salud.
  • Vamos a intentar no usar papillas. Aun así, sobre la marcha, ya que si vemos que se las come más a gusto no tengo ningún problema en triturarlo todo. Lo que sí que tengo claro es que, sea como sea, no le voy a meter a la fuerza ni una cucharadita de comida. Que coma lo que le apetezca, ya que si toma el pecho puedo estar tranquila de que se alimenta bien.
  • Lo primero que le ofreceremos serán gajos de naranja o mandarina, para que los rechupetee si quiere. Según cómo lo veamos que reacciona, se los daremos enteros o con una malla antiahogo (la malla sólo durante el primer mes, hasta que tenga un poco más de control, debido a que empezamos a los 5 meses en vez de a los 6 que se recomienda para trozos grandes).
  • Vamos a ir muy poquito a poco. Los primeros 15 días sólo le ofreceremos un poco de naranja o mandarina para que juegue y rechupetee. El pecho será su comida fundamental. Será prácticamente como hasta ahora, solo que sacará unas pocas gotas de zumo de los gajos de naranja.
  • A los 15 días aproximadamente, si ya va comiendo un poquito de naranja, le daremos a probar cereales sin gluten. Aquí, según cómo vayamos: si todavía es demasiado pequeño para gestionar trozos, le daremos papilla preparada con leche materna. Pero si ya vemos que es capaz de gestionarlos, le daremos macarrones de arroz y espaguetis de maíz. Este paso no lo podemos dar hasta que no coma bien la naranja, ya que si sólo se les da cereales se pueden extreñir. Si no hemos avanzado en la fase anterior, sin prisas,… ya veremos cuándo es el momento.
  • Los siguientes días le iremos dando a probar otras frutas. Le dejaremos a su alcance un trozo de manzana, de pera, de plátano… para que los coja, juegue con ellos, y, si quiere, los pruebe y coma pequeños trozos.
  • Lo siguiente será la introducción de verduras. Se las daremos a tiras alargadas. Judías verdes, borraja, calabacín, … se pueden todas las verduras menos espinacas, coles y derivados (brócoli, coliflor)… que llevan más nitratos y no son buenas para él.
  • Si todo va bien, lo siguiente será ya la carne, que es realmente lo que más necesita de la alimentación complementaria porque tiene el hierro que necesitará. Probaremos con tiras o con trozos grandes. Empezaremos con el pollo y el pavo.
  • Cuando nos lo indique el pediatra, introduciremos el gluten. La introducción del gluten debe ser gradual, empezando con pequeñas cantidades, y mientras dura la lactancia. Así pues, iremos metiendo un macarrón un día, un chusco de pan otro día, … poquito a poco.

Y a partir de aquí… seguiremos, siempre con el pecho como alimento principal y haciendo que, a no ser que el peque quiera lo contrario, esta alimentación sea realmente complementaria. Por lo menos hasta el año.

Nuestras compras para empezar:

  • Una trona de plástico que se lave bien. Si va a comer solo no me quiero imaginar la que vamos a liar en la cocina. Pensamos en comprar una que se pudiera meter en la ducha, pero de momento con que se le pueda pasar el trapo nos conformamos.
  • Baberos con mangas, de plástico. 
  • Pasta sin gluten. De momento he encontrado en el super macarrones de arroz y espaguetis de maíz.
  • Tenemos también una malla de esas que metes comida dentro y tienen un mango (se llaman mallas antiahogo), por si acaso al empezar tan pronto las tenemos que usar para que sea más cómodo.

Ya os iré contando cuando empecemos cómo nos va…

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