La reconocerás
La reconocerás…
La reconocerás porque tiene unas ojeras enormes… y una sonrisa que le ilumina la cara.
La reconocerás porque huele a vómito de bebé, su ropa está arrugada y apenas le ha dado tiempo a peinarse… pero aun así piensa que está en el mejor momento de su vida.
La reconocerás porque mira apurada el reloj, haciéndose eternos los pocos minutos al día que pasa lejos de su pequeño amor.
La reconocerás porque de repente ha encontrado su vocación, aquello que hace mejor que nada en el mundo, y resulta que no es ser médico, ingeniera o profesora, sino que es ser mamá.
La reconocerás porque ha desarrollado la extraña habilidad de hacer todo con una sola mano… mientras en la otra sostiene y acaricia a un chiquitín que reclama toda su atención.
La reconocerás porque se infla de orgullo cuando le dicen lo guapo que está su bebé, mucho más que cuando le dicen a ella un piropo.
La reconocerás porque renuncia a hacer cosas que le encantan… sólo por estar un ratito más con su chiquitín.
La reconocerás porque ha gastado toooda la memoria de su teléfono móvil sacando fotos a ese bebé regordete y juguetón.
La reconocerás porque su sonrisa de repente desprende amor cuando ve a su pequeño.
La reconocerás porque ha recordado de repente su niña interior… y pone voces raras, y canta, y juega, y ríe…
La reconocerás porque aunque esté muerta de hambre sabe que eso siempre puede esperar si se acerca la hora de comer del chiquitín.
La reconocerás porque de repente le dan igual muchas de las cosas que antes apreciaba, y ahora toda su ilusión se centra en esa pequeña criatura.
Sí, seguro que reconoces a una mamá reciente con tal sólo mirarla.
