Después del parto
Muchas mamás estamos 9 meses preparándonos en cuerpo y mente para el momento del parto, para ese momento mágico en el que vamos a conocer a nuestro pequeño amor.
Leemos, nos informamos, nos imaginamos una y mil veces lo que pasará ese día… Pero ¿qué ocurre después del parto? Aquí os cuento varias cosas que pasan después del parto. Es una visión personal,… pero igual a alguna le ayuda. Os dejo los comentarios para contar vuestra experiencia.
Qué pasa en el hospital después del parto
Justo cuando ha terminado el parto te encontrarás en el paritorio. Es posible que puedas tener a tu hijo en brazos, pero es muy probable (por cómo se trabaja en la mayoría de hospitales) que te separen de él. Si tienes suerte quizá lo dejen en la misma habitación para que lo puedas ver.
Tu tendrás que quedarte tumbada un poco más, mientras te cosen, termina de salir la placenta, y la revisan. Al bebé mientras lo limpiarán un poco, le harán un par de pruebas y, en unos pocos minutos, te lo darán si está todo bien. Te romperá el corazón no poder tenerle en brazos, sentirás que lo necesitas coger urgentemente.
Todavía tendrás que estar un rato en observación, en las mismas salas de dilatación o cerca del paritorio. Allí si el niño está bien estará contigo, y es recomendable ponerlo al pecho cuanto antes. Si eres primeriza es posible que no tengas ni idea de cómo hay que ponerlo. Por desgracia es probable que nadie te ayude demasiado, que las matronas de esta sección estén ocupadas con otros partos y te encuentres un poco sola sin saber qué hacer. Al menos tienes a tu hijo al lado.
Después de una o dos horas allí, te pasarán a la habitación, en la que te quedarás ingresada, 3 días aproximadamente si todo ha salido bien.
En el hospital la rutina es sencilla: comer, dormir, …. y, eso sí, dar de comer al bebé cada 3 horas o menos. Te puedes centrar bastante en él, pero es posible que tengas tantas visitas que apenas te dejen concentrarte lo suficiente.
Los primeros días del bebé
El primer mes después del parto es un auténtico caos. No vas a poder dormir ni 2 horas seguidas. Te irás quedando dormida en cualquier momento, y el cansancio podrá contigo.
Disfrutarás de tu bebé, sí, pero tendrás la sensación de estar todo el día alimentándolo e intentando que se duerma. Las horas pasan despacio, y el cansancio se acumula en cada parte de tu cuerpo. Los párpados pesan, y no hay manera de concentrarse.
El papá estará a tu lado, pero, por muy conectados que estéis, no puede ni imaginarse cómo te sientes. Aun así, aunque te ayude, si le das el pecho tendrás la sensación de que toda la presión cae sobre ti.
Estás todo el día con la teta fuera, intentando desesperada que la lactancia funcione. Y mientras, hordas de gente pasan por tu habitación cada día. Te alegra que estén allí, son tus amigos y familiares,… pero no tienes el cuerpo para fiestas, sólo quieres que todos desaparezcan y conseguir que el bebé coma algo en la intimidad y tranquilidad que este momento requiere.
En los primeros días del bebé las dudas te asaltan, se te comen por dentro. Si preguntas cualquier cosa obtienes demasiadas respuestas, casi siempre contradictorias entre sí.
También obtienes respuestas a cosas que no has preguntado. Todo el mundo te aconseja, incluso de cosas que no quieres que te aconsejen. Todos quieren que apliques sus métodos, y te vas a sentir cuestionada constantemente. Deberás ser fuerte y tener claras cuáles son tus posturas.
Los primeros días en casa
Los primeros días en casa son quizá los más difíciles. De pronto te plantas allí sola, aprendiendo a ser mamá a toda velocidad. Con dudas, y, ahora sí, sin nada de ayuda. Al volver a casa la realidad te da un sopapo, y aquí sí, el papá o tus padres son una ayuda indispensable.
No estás todavía preparada para asumir todas las tareas del bebé, cocinar, limpiar un poco, … pero estás en casa, y hay cosas inevitables. Sigues sin dormir y los días que llevas así comienzan a pesar.
Sangras mucho todavía. Y lo peor, es que esto puede durar hasta 40 días.
Pero en el fondo te alegras de estar en casa, y disfrutas cada día más del bebé. Además, comienzas a conocerle un poco, y cada vez le entiendes mejor.
Después del parto
Después del parto nada es como parece. Tampoco es como te habías imaginado, ni como ningún momento de tu vida que te haya marcado antes. Después del parto todo se vuelve confuso, agotador, nuevo, … una mezcla de sentimientos y de vivencias se arremolinan entre sí ocupando los días más largos e intensos de tu vida.
Después del parto te encuentras más acompañada que nunca, con un montón de gente alrededor, pero muy sola, sola ante el bebé al que no conoces, y sola ante las miles de dudas que te asaltan. Sola, y rodeada de gente. Estos días el recién estrenado papá, lleno de dudas, aunque con menos hormonas revoloteando, es el único que te acompaña. Y las mujeres que han sido madres antes, las únicas que pueden ponerse, aunque sea con mucha distancia, en tus zapatos.
Después del parto el cuerpo no vuelve a ser el mismo. No, no lo es. Lo podrás llegar a disimular mejor o peor, llegar a acercarte ligeramente a donde estabas… pero el embarazo y el parto han dejado su huella. Las cicatrices siempre quedan allí. Y llegará el momento en el que las lucirás orgullosa, porque son el signo de lo que has luchado estos meses.
Después del parto la madre no vuelve a ser la misma. De repente te has convertido en la responsable de que ese niño salga adelante. Una responsabilidad tremenda, que no es igualable a ninguna otra.
Después del parto comienza una fase en la que no entiendes nada. De repente comprendes lo que significa AMOR, así, con mayúsculas. Amor incondicional, amor de madre, amor interminable. Tal vez no lo veas inmediatamente. De hecho, es muy probable que hasta que el bebé no tenga varias meses no seas consciente. Pero hay algo que ha cambiado, algo que no podrás borrar nunca. Y es que poco tienes que ver ahora con esa jovenzuela que tan poco sabía de amor.
Sí, después del parto todo es diferente.
Y vosotras ¿cómo os sentisteis después del parto?